Traducido del Konjaku Hyakki Shui, el Mujara de Mizuki Shigeru, y la versión japonesa de Wikipedia.
Publicación en inglés: Link
Una joven muchacha cubierta enteramente por una túnica hecha jirones se te acerca arrastrándose en una calle poco iluminada. Una pobre mendiga, tiende la mano en busca de una limosna, con la esperanza de que sientas simpatía de su difícil situación. Pero en el momento en el que empiezas a buscar tu monedero para echar unas monedas en su mano, la farola parpadea el tiempo justo para que contemples una visión que te aterrará de por vida. En su brazo brillan cientos de ojos, parpadeando a la luz de la farola.
¿Qué significa Todomeki?
¡Una pregunta complicada! El significado literal del kanji que compone todomeki significa «demonio de los cientos de ojos», siendo 百々 (todo: cientos) + 目 (me: ojo) + 鬼 (ki: demonio). Pero si escuchas la palabra en lugar de leer el kanji, oirás uno de ésos homófonos por los que Japón es famoso, y te darás cuenta de que el nombre «todomeki» en un juego de palabras (al menos uno que la gente del periodo Edo entendería).
Hay otra lectura posible para todome, siendo 鳥目que significa «ojo de pájaro» (鳥 todo: pájaro) + (目 me: ojo). Realmente no se refiere a un ojo de pájaro en sí, sino más a la forma. En el antiguo Japón, las monedas tenían un orificio en el medio (como las monedas de 25 pesetas) que servía para poder meterles un cordel y llevarlas todas juntas. Algunas monedas japonesas aún tienen éste orificio, como las de 5 y 50 yenes. Éste orificio recordaba a la gente a la forma redonda de los ojos de un ave, así que «todome» se convirtió en una palabra coloquial para referirse al dinero. Además, cuando una persona tenía un «ojo de pájaro», significaba que no podían ver nada en la oscuridad.
Como veréis en ésta historia, el yōkai todomeki hace alusión a ambos juegos de palabras.
La historia de Todomeki
Todomeki sólo aparece en el Konjaku Gazu Zoku Hakki (今昔画図続百鬼; Cien Demonios Ilustrados del Pasado y el Presente) de Toriyama Sekien. Toriyama cuenta su historia así:
«La historia no oficial de Hakkoseki cuenta que una joven nació con unos brazos inusualmente largos. Aprovechó éstos atributos naturales para convertirse en ladrona, constantemente robando dinero. Pero el espíritu del dinero se vengó, y marcó su cuerpo con cientos de ojos de pájaro, uno por cada moneda que había robado. Se transformó en el todomeki, el demonio de cientos de ojos. Se cuentan historias del todomeki en historias no oficiales de multitud de lugares. Posiblemente es originaria de Toto.»
¡Eso es todo! ¡Esa es la suma total de las leyendas del todomeki!
Como Kyokotsu, Todomeki es uno de los «yōkai de juegos de palabras» de Toriyama. Toriyama tenía multitud de tomos por rellenar de su popular serie «Cien Demonios Ilustrados», y no suficientes yōkai para llenarlos. A menudo se inventaba sus propios yōkai, basados en leyendas oídas a medias, popurrís de cuentos populares chinos, o inventados por completo. Y a veces simplemente le daba la vuelta a alguna frase y hacía juegos de palabras con ella.
Es el equivalente a crear un libro de monstruos lleno de criaturas como «Bird Brain» (cerebro de pájaro) y «Slow Poke» (perezoso) con las criaturas creadas literalmente, en otras palabras, como los nombres de los personajes de Pokémon.
Esto quiere decir que Todomeki no tiene realmente una historia ni un trasfondo. Toriyama simplemente pensó en un juego de palabras visual y escribió una historia rápida para acompañarle.
Pero hay otra historia de un yōkai con un nombre similar. Una historia mucho más interesante…
El Domeki – El Oni de Cien Ojos
Mientras que Toriyama subió el listón dándole a su todomeki «cientos de ojos» en lugar de cien que sería más estándar, hay otro yōkai del folklore japonés conocido como domeki, o el demonio (u oni) de los cien ojos. Éstas historias siguen un patrón general en el que el monstruo pelea contra un guerrero, y ése monstruo acaba buscando refugio en un templo donde se reforma y encuentra el budismo. Éste peculiar giro argumental apunta a que éstas historias podrían venir del periodo Heian, donde las historias sobrenaturales venían acompañadas de algún tipo de moraleja budista para que pasaran el filtro de los censores oficiales.
Una de éstas leyendas viene de la prefectura de Tochigi. Muchos investigadores creen que Toriyama como poco habría oído ésta historia casualmente, por la frase que aparece en su libro diciendo «probablemente es originaria de Toto.»
Ésta historia es de mediados del periodo Heian, y transcurre en la provincia de Hitachi (provincia de Ibaraki en la actualidad) y en la provincia de Shimosa (actual provincia de Chiba). Aquí, había un señor feudal llamado Taira no Masakado que intentó proclamarse como un emperador independiente en lo que se conoció como la Rebelión Masakado. Huelga decir que el emperador y su corte imperial no estaban contentos con el comportamiento de Masakado, y envió al oficial de cumplimiento de leyes Fujiwara no Hidesato a ejecutar la pena de muerte.
Hidesato persiguió a Masakado a lo largo de las provincias, luchando con el en varias ocasiones. Sin embargo, no pudo cumplir su misión.
Habiendo perdido, Hidesato volvió a su hogar en la provincia de Shimosa y rogó a los espíritus kami, rezando por su victoria. A Hidesato se le concedió el uso de una espada sagrada del templo, y salió a la caza de nuevo. Finalmente tomó a Masakado preso y le llevó ante la corte imperial para hacer justicia. Por sus servicio, Hidesato fue nombrado Chinjufu-shogun (Defensor del Norte) y se le premió con el gobierno de la provincia de Shimotsuke.
Habiendo subido de estatus, Fujiwara no Hidesato construyó una gran mansión en Utsunomiya, Tochigi. Un día, estaba cazando a lo largo del camino Tagen Kaido cuando pasó por una pequeña aldea llamada Ouso. Un anciano le llamó a gritos, así que Hidesato se acercó a ver qué quería decirle.
El anciano le dijo a Hidesato que al noroeste de la villa, en un pueblo llamado Umasuteba, cerca de Uta, había un oni con cien ojos devastando las tierras. Las gentes del pueblo vivían atemorizadas, y el anciano pidió a Hidesato que se deshiciera del monstruo.
Aceptando el reto, Hidesato se dirigió a Umasuteba (otro juego de palabras, «umasuteba» significa «vertedero de caballos») donde se escondió y esperó al oni. Alrededor de la medianoche, el cielo despejado se llenó de nubes y un gran monstruo apareció. Con 10 shaku de alto (unos 3 metros), su pelo estaba afilado como cuchillos y tenía un centenar de ojos ardientes. El monstruo vio el caballo de Hidesato y se abalanzó sobre él en un instante, matándolo y devorando su carne. Hidesato cogió su arco y apuntó al monstruo distraído, apuntando al ojo que brillaba con más fuerza. Soltó la flecha. Ésta atravesó el ojo del oni llegó a sus órganos vitales.
Tal fue el poder de la flecha de Hidesato que el oni cayó de espaldas y dio una voltereta, lleno de dolor. El demonio huyó corriendo hacia la montaña Myojin donde se desplomó y murió. Hidesato esperó al siguiente día para ir a ver el cuerpo del oni, pero sólo encontró tierra quemada y cenizas. Supuso que el fuego líquido debió de haberse vertido desde las heridas del monstruo quemando el cadáver y la tierra de alrededor.
Pero la historia no termina ahí…
Pasaron unos 400 años. El clan Ashikaga tomó el poder y comenzó el shogunato Muromachi. En la zona norte de la montaña Myojin, en la aldea de Hanawada, se había erigido un templo llamado Hongan-ji. El abad principal del templo era el santo Chitoku.
En aquel momento, había una joven que vivía en Hongan-ji. Se decía que era verdaderamente virtuosa y era casi una santa en vida, hacía todo bien y vivía siguiendo el verdadero camino del budismo. Ella engañó a todos, salvo a Chitoku.
En realidad, ésta mujer virtuosa era el domeki, el mismo oni de los cien ojos que se suponía que había muerto allí 400 años antes. El domeki escondió su verdadera forma mientras se recuperaba de sus heridas. Y bebió sangre (cantidades ingentes de sangre humana) durante esos 400 años, esperando el momento oportuno hasta estar recuperado y poder volver a su comportamiento malicioso.
Chitoku vio a través de la ilusión del domeki y reveló su verdadera forma. Con su complot al descubierto, el domeki atacó al abad y lucharon una fiera batalla. La sangre ardiente del oni se vertió por doquier, reduciendo el templo a cenizas. Y mientras Chitoku se enfrentaba al oni, golpeándole con su vara sagrada, recitó la verdad del Dharma. El domeki,oyendo finalmente las palabras de Chitoku, cayó de rodillas y pidió que se leyeran sutras por su alma. El domeki cambió su forma de ser y nunca más causó problemas.
La fama de esta historia se extendió, y el área fue conocida por sus máscaras talladas y juguetes de madera del domeki de cien ojos. El camino hacia la montaña Myoji aun se llama Domeki-dori (百目鬼通り).
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Notas de la traducción inglesa (Zack):
Otro artículo para el lector Dominique Lamssiesk. Esperaba hacer una traducción rápida del todomeki como se me pidió (fácil, porque había poco que contar) y de pronto me topé con la genial historia del Domeki. Eso debería haber tenido su propio artículo, pero no pude encontrar ninguna imagen para acompañarlo, así que lo junté con el Todomeki. ¡Pero sigue siendo una historia genial!
Hay otro yōkai de cien ojos, el Hyakume. Es una creación original de Shigeru Mizuki, así que supongo que haré un artículo sobre él algún día.
Notas de la traducción española (María):
Traduciendo ésto me ha venido a la mente un personaje actual con apariencia de Todomeki, aunque no se trata en sí de un yōkai. En el manga de Naruto, aparece un personaje llamado Danzō Shimura, que tiene los brazos llenos de ojos debido a una técnica. En ésta serie aparecen muchas referencias a figuras del folklore japonés, aunque normalmente sólo son nombres de técnicas o pequeños guiños: